¡Buenas tardes, compañerxs!
Les saludamos desde el Bloque Latinoamericano en Berlín y desde la asamblea de trabajadorxs de Helpling.
Como migrantes latinoamericanxs podemos decirles que conocemos en carne propia las consecuencias de la necropolítica capitalista, que es la que nos explota en trabajos precarios, a nosotrxs aquí y a nuestrxs hermanxs en los territorios. La política de la muerte es la que las empresas armamentísticas, farmacéuticas y extractivistas del Norte imponen violentamente en el Sur Global. La política de austeridad ahorca a nuestros pueblos cuando las élites los entregan al FMI sin piedad; venimos de países donde la táctica de la tierra arrasada es la ley y ha dado como resultado ejércitos enteros de mano de obra excedente.
Lamentablemente para todxs, vivimos un tiempo histórico donde esta dinámica perversa del capital se ha impuesto en cada uno de los rincones del mundo. Nos han arrebatado nuestras formas de vida y han querido destrozar nuestros lazos comunitarios. Las élites globales nos han impuesto una sociedad de la muerte, una sociedad donde lo que impera es el reino salvaje del capital, la represión y la crisis permanente.
Desde hace un año, nos duele cómo la crisis del coronavirus solo exacerba las brutales desigualdades causadas por el capitalismo neoliberal, mientras las fuerzas vivas y colectivas de la sociedad están siendo destruidas masiva y descontroladamente. La etapa turbulenta que vivimos es similar a la que le tocó vivir a nuestra querida Rosa, expresando el momento histórico con su célebre: “socialismo o barbarie”.
Pues ya no quedan dudas, vivimos en una barbarie conducida por el capital. Por eso salimos a la calle a construir resistencia popular. Nos inspiran las luchas de nuestros pueblos, que han sabido enfrentar la crisis combativa y creativamente.
Mientras vemos horrorizadxs cómo este proceso de barbarie se acelera, nos preguntamos: ¿Por qué seguimos tolerando que las crisis sean cargadas sobre las espaldas de lxs trabajadorxs? ¿Por qué son lxs pequeñxs comerciantes, lxs artistas, lxs trabajadorxs autónomxs lxs que tienen que cerrar sus negocios mientras las minas, los negocios agropecuarios y las fábricas siguen funcionando a toda velocidad? ¿Por qué las cadenas de distribución como Amazon han lucrado más que nunca?
Lo que vivimos no es una preocupación global por la salud, sino un nuevo proceso de concentración y de explotación que no conoce limites.
No podemos olvidar que, a diferencia de las grandes empresas, todxs lxs que vivimos de nuestro trabajo somos integrantes de la clase trabajadora. Por eso es nuestro deber denunciar el proceso de proletarización forzada que estamos viviendo a nivel global producto de la pandemia. Extender nuestra solidaridad, ya que millones de personas tendrán mañana que migrar, tendrán que dejar de lado sus formas de vida y sus familias para buscar un futuro digno.
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Y las que hemos migrado sabemos que no somos esenciales, y que seremos las ultimas en ser tenidas en cuenta, ya que no contamos con las condiciones mínimas de trabajo. Porque somos nosotras las que entramos a tu casa a limpiar pero a quienes Helpling no garantiza ningún tipo de medida de prevención o cuidado para nuestra salud. Al parecer somos solo esenciales para mantener las ganancias de estas empresas (porque lamentablemente todas las apps funcionan de maneras similares), pero no lo suficientemente esenciales para tener un contrato laboral o seguridad social.
Tambien sabemos que los trabajos mas precarizados son los que mas se han desarrollado durante la pandemia, y que son en gran parte tareas feminizadas realizadas por migrantes. También sabemos que quedarse casa y hacer homeofice es un privilegio de clase.
Ante estas condiciones hemos encontrado que es necesario organizarnos en los lugares de trabajo y ademas establecer vínculos con otrxs trabajadorxs para poder concretar nuestras demandas. Desde siempre Helpling ha hecho todo lo posible para evitar nuestra organización, persiguiendo y dejando sin trabajo a companerxs que intentaron organizarse mientras vende una cara de migration friendly ante la sociedad. Sabemos que somos personas descartables para estas empresas porque saben que el flujo migratorio esta asegurado gracias a la desigual distribución de la riqueza a nivel global.
Sabemos que muchas personas que han llegado a estas tierras lo hacen en busca de mejores condiciones laborales pero se encuentran aquí ante una dura realidad en donde deben realizar las tareas que lxs alemanes no quieren, y que en gran parte son producto de la riqueza acumulada a expensas de nuestros pueblos.
Lo que nos vendieron como la inclusión laboral de las mujeres en el “primer mundo”, en realidad implica la explotación de otras para realizar las tareas de cuidado. Aquí no solo es una cuestión de genero sino también de clase y de raza. Por eso, creemos que no se puede terminar con el patriarcado sin terminar con el imperialismo y el capitalismo.
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Soñamos con una sociedad donde la vida digna sea el centro de nuestras relaciones. Donde la vivienda sea un derecho, no un objeto de especulación de aves de rapiña como Deutsche Wohnen; donde la salud no sea un negocio para Bayer, sino una propiedad social y comunitaria. Queremos una sociedad donde el trabajo sea autogestivo y donde todos los trabajos y las vidas cuenten por igual.
El plan de lxs de arriba está claro: Nos quieren pobres, sumisxs y en constante lucha entre nosotrxs para sobrevivir. Pero nuestro plan también lo tenemos muy claro, y de la resistencia popular nacen las alternativas posibles. Lo que debemos hacer es relanzar el ciclo de luchas que permitan organizar a estas fuerzas y cuerpos que el capital descarta por considerarlos residuales. Estamos potenciando las resistencias, creando herramientas políticas que nos permitan no solo parar la guerra necropolítica contra nosotrxs, sino también construir una nueva sociedad basada en la vida.
Que nadie se confunda, necesitamos de todxs para esta tarea: ustedes estudiantes, trabajadorxs, comerciantes, migrantes, jóvenes… Aquí el enemigo es muy poderoso, se disfraza para confundirnos y usa todo tipo de estrategias para frenar la solidaridad de lxs de abajo. Por eso, precisamos de una gran alianza para derrotar al proyecto de muerte del capital. Esa alianza es la que estamos forjando hoy en las calles y es la que hará temblar al sistema.
De la misma forma que nos acribillan cotidianamente cuando nos preguntan Wo kommst du eigentlich her?, muchxs no toman en serio nuestros procesos organizativos como migrantes y nos infantilizan. A esa gente le respondemos fuerte y claro: ¡lxs migrantes tenemos claro que militamos donde vivimos, y que nuestros sueños de transformación no se quedaron en el placard cuando cruzamos el Atlántico! ¡No aceptamos que nos inviten a las marchas solo para “darles color”, queremos ser parte de la cocina de las resistencias!
Nosotrxs no perdemos tiempo con las modas fatuas de la izquierda y no nos interesa encerrarnos en subculturas aisladas de la sociedad. Nosotrxs vinimos acá a seguir cambiando el mundo. Vinimos a construir organizaciones de izquierda fuertes que logren disputar el sentido común, conectar con los sectores populares y consolidar un poder contrahegemónico en la sociedad en la que vivimos.
No habrá liberación en un solo país o región. Por eso debemos dar y hermanar las luchas en todos los lugares que están en pie de resistencia. Creemos que una de la tareas urgentes es revivir el ciclo de luchas en el Norte Global. Mientras las derechas carroñeras se instalan cómodamente en gobiernos, parlamentos y calles a nivel global, es fundamental que las izquierdas no permitamos que estas fuerzas racistas sean quienes interpelen a los sectores populares con discursos excluyentes. Tenemos que comprender la indignación de la gente para canalizar su rabia hacia lxs verdaderxs responsables de la precarización neoliberal: lxs de arriba.
Solo así podremos un día dejar de discutir cuánto avanza la derecha, para volver a emocionarnos por cuánto hemos avanzado las izquierdas, cómo ocupamos más y más las calles y plazas y cuánto poder popular construimos.
Sabemos que sin pueblo no hay revolución. Y sin praxis revolucionaria tampoco. Es la tarea de nuestra época y de nuestra generación. Por eso, compañerxs, saludamos con mucha alegría esta movilización plural, pero unificada. Por eso, festejamos la unidad en la calle entre las organizaciones de izquierda alemanas y las organizaciones migrantes. Es un momento histórico y estamos respondiendo al llamado de nuestro tiempo, construyendo poder popular y solidaridad internacionalista. Cada paso que damos esta tarde va abriendo caminos colectivos de liberación por la vida digna.
¡Arriba lxs que luchan! ¡Que viva el bloque migrante internacionalista! ¡Hasta la victoria siempre!