Marzo 22, Berlín
La siguiente declaración es el resultado de un conjunto de debates que hemos llevado adelante en los espacios de reunión de nuestra organización. No la entendemos como una posición cerrada sino como un aporte al debate urgente sobre la situación actual y a su vez una invitación para continuar la discusión en otros espacios y con otras redes.
Como grupo migrante latinoamericano entendemos que es clave hacer escuchar nuestras palabras de forma fuerte y clara en este territorio que hoy habitamos, pero al mismo tiempo buscamos dialogar con otros grupos migrantes y también con organizaciones de la izquierda alemana, con la intención de salir de la dicotomía propagandística que nos imponen los medios masivos de comunicación.
Por la historia común que habita en la memoria colectiva de nuestros pueblos sabemos que las guerras imperialistas siempre implican la derrota de lxs de abajo. Nunca se ganan, y los únicos posibles beneficiados son las élites que dirigen el poder político y económico. Desde esta perspectiva entendemos la actual invasión Rusa al territorio de Ucrania como una confrontación inter-imperialista entre países del centro mundial. Los bloques en confrontación, por un lado la OTAN y por el otro lado Rusia, han definido que Ucrania sea uno más de sus territorios de sacrificio en pos de dirimir la hegemonía económica, cultural y militar en el centro y oriente de Europa.
Consideramos que la invasión de Ucrania esta profundamente promovida por el control de los mercados energéticos, y poco con la enemistad entre los pueblos ruso y ucranio. La puja de poder entre EEUU y Rusia por ser el suministrador de hidrocarburos de la Unión Europea pone hoy día en jaque a toda la humanidad.
La cultura patriarcal, capitalista y pos-colonial de nuestras sociedades puede verse en cada una de las instancias de este conflicto. No podemos negar que las condiciones étnicas, de clase o de género juegan un papel fundamentan en la represión que suponen las guerras, y que las personas que más lo padecen necesiten especial atención y solidaridad. Es decir, ante las consecuencias de una guerra, no es lo mismo ser una persona blanca, cis y burguesa, que no serlo.
La hipocresía de la “ayuda” de la UE puede verse claramente en que mientras recibe a lxs refugiadxs ucranianxs con los brazos abiertos, ha dejado a centenas de miles morir ahogadxs en el mar mediterráneo, además de ejercer una política migratoria de precarización, deportación y racismo contra refugiadxs de los países del sur global que logran pasar sus muros fronterizos. A su vez alienta, mediante el envío de armas y especialistas militares, a civiles ucranianos sin formación militar a luchar contra uno de los ejércitos más poderosas del mundo.
Nosotrxs rechazamos cualquier invasión que atente contra la autodeterminación de los pueblos, pero nuestra solidaridad es hacia el pueblo trabajador de Ucrania, no a su gobierno derechista y neoliberal. Al mismo tiempo no tenemos simpatía por la autocracia de Putin, que junto a la oligarquía resultante de la privatización y mercantilización de la sociedad rusa (con el apoyo de la Unión Europea y de EEUU), esta llevando adelante un plan “gran ruso” que busca reimponer el esplendor imperial de la época zarista.
Como latinoamericanxs no podemos mostrar apoyo a las políticas imperiales y neo-coloniales de los países europeos, que atizados por la avidez de los yanquis, despliegan un discurso rusofóbico y etnicista para justificar la militarización de la sociedad y recortar aún más derechos sociales y económicos en pos de asegurar la “libertad” neoliberal. No debemos olvidar que actualmente los países de la OTAN representan más del 50% del gasto militar a nivel mundial, y que solo EEUU gasta anualmente cerca de 800.000 millones de dólares en armas y sistemas de ataque. Solo como comparación, el segundo país que más gasta en armamento es China con 250.000 millones. No nos caben dudas que el mayor peligro para la paz mundial sigue siendo la OTAN.
¿Qué hacer?
Contra el furor belicista, creemos que es deseable y posible construir un rechazo social amplio contra el imperialismo, el fascismo y el militarismo, que recuerde que la guerra no tiene nada que ver con la democracia y que nuestra única alternativa ante la barbarie capitalista es la construcción de instrumentos políticos, económicos y sociales desde los sectores populares y para los sectores populares.
Nuestra solidaridad con los pueblos que luchan contra el imperialismo y el fascismo.
Nuestra solidaridad con los sectores populares de Europa, Ucrania y Rusia.
¡Ante la masacre imperialista, organización popular!
Bloque Latinoamericano Berlín