El primero de Mayo es lucha y festejo. Es romper las cadenas. Es crear una nueva realidad.
Venimos y estamos en Berlín.
Estamos aquí afirmando nuestra realidad como migrantes.
Estamos aquí asegurando los aspectos más sensibles de la vida en esta sociedad.
Estamos aquí haciendo trabajos pagos y no pagos, como cuidadores de casas, de niñes, de viejes.
Como profesionales, como estudiantes, como académiques.
Como trabajadores de construcción, como artistas, como autónomes.
Como trabajadores sexuales, de plataforma y de logística.
Estamos acá a pesar de todas las políticas migratorias que buscan restringir nuestro derecho a la movilidad y a buscar una vida mejor.
Estamos acá a pesar de todos los procesos de criminalización, ilegalización, racialización y discriminación.
Estamos acá a pesar de la burocracia Alemana. A pesar del idioma…
Estamos acá. Y seguiremos acá.
Venimos acá con toda nuestra experiencia, calificación e historias no reconocidas pero profundamente vivas. Reconocibles en nuestros cuerpos, en nuestras resistencias, en nuestras luchas cotidianas y en nuestra organización.
Vivimos acá. Gozamos y disfrutamos de los momentos de liberación subjetiva que nos dio nuestra experiencia de migración, pero sabemos que estos son momentos escasos y aislados, al menos hasta que podamos convertirlos en liberación colectiva.
Estamos acá porque las políticas de los grandes poderes globales, Estados y multinacionales, despojan nuestros territorios y destruyen nuestras comunidades junto con la naturaleza. Terminamos agrupándonos acá porque los intereses de unos pocos reinan por sobre los intereses de la mayoría.
Nos amontonamos acá porque al “norte global” le hace falta mano de obra barata, le hace falta profesionales y trabajadores precaries. Somos explotades acá porque nos necesitan. Porque si les migrantes paran, Alemania para.
Aún no existen las instituciones públicas que quieran o puedan luchar por nuestros intereses. No disfrutamos del más básico de los derechos liberales: el voto. No tenemos sindicatos que reconozcan nuestras necesidades y respondan a ellas. Pero seguimos acá.
Organizamos nuestra vida migrante en este país con toda la creatividad popular que aprehendimos en nuestros territorios de origen.
Los espacios que nos niegan, los vamos a tomar. No vamos a pedir permiso, y tampoco perdón.
¡Le decimos basta a la ilegalización y a las visas precarias!
¡Basta con la negación de nuestra existencia!
¡Basta con la negación de nuestro trabajo y experiencia!
¡Basta con la diferenciación de derechos laborales por condición migrante!
¡Basta con la sobreexplotación de nuestros cuerpos!
¡Basta con el dolor de cabeza por cada carta que nos manda el Estado!
¡Basta con la mercantilización de la vivienda y la vida!
Estamos acá y estamos acá en las calles.
Estamos acá en solidaridad con todes les migrantes y alemanes, trabajadores y desocupades.
Estamos acá en solidaridad con todes les oprimides de la Tierra.
Para destruir y construir.
Para transformar este país.
Para transformar este mundo.
Estamos acá para organizar la rabia y defender la alegría.
Estamos acá para tomar el cielo por asalto.
¡Arriba la organización migrante internacionalista!
¡Arriba la vida y la solidaridad!
¡Arriba el poder popular!