Nuevamente un primero de Mayo en Berlín, nuevamente en las calles junto al Bloque Latinoamericano
Desde la fundación de nuestra organización en 2018, esta fecha estuvo presente en nuestros debates y proyectos políticos. En 2019 y 2020 no participamos de esta manifestación, ya que considerábamos que las dinámicas tanto de la organización, como de la marcha en sí misma no eran consecuentes con las demandas y necesidades de las personas migrantes. A pesar de que la mayoría del trabajo precario y reproductivo es realizado por migrantes, sus demandas y sus organizaciones no estaban presentes allí.
Sin embargo, sabíamos que no era un espacio que íbamos a abandonar debido al peso que tiene para la historia política de la izquierda y especialmente porque es uno de los momentos en donde podemos izar en alto las banderas históricas y las nuevas del movimiento obrero. Comenzamos a organizarnos, a plantear nuevas alianzas y a prepararnos para intervenir en la escena callejera.
Así fue que, desde el 2021, decidimos marchar en la “Revolutionäre 1. Mai Demo”1, junto a diferentes grupos de izquierda alemanes y migrantes, muchos de ellos criminalizados, muchos perseguidos, muchos prohibidos, muchos ilegalizados por las élites de este país. Este momento de apertura, en donde los grupos migrantes de Berlín fueron invitados a marchar junto a las tradicionales organizaciones de la izquierda radical, significo un punto inflexión ya que la movilización había caído en los últimos años en la intrascendencia y corría el riesgo de definitivamente quedar como algo del pasado. Otro factor importante que aportó a la despolitización y a la poca masividad de la demo fue la organización del Mai Fest, una fiesta organizada desde principios de los años 2000 por el gobierno de Berlín para lavarle la cara a la jornada y vaciar las calles de consignas políticas y revolucionarias.
Es justo decir que con esta alianza le hemos cambiado el signo a una marcha que históricamente estuvo vinculada a enfrentamientos puntuales entre pequeños grupos de izquierda y la policía; casi una cuestión deportiva sin mucho contenido político. Este deporte sectario y adolescente de enfrentamiento con la policía demostró servir solo a lxs poderosxs y a las fuerzas de (in)seguridad, en su pasión ahistórica por demonizar a las fuerzas de izquierda.
Mientras más violentas eran las jornadas, menos masivas se volvían. Y tenemos en claro que lo que más quieren las élites y sus empleadxs es evitar que las movilizaciones sean masivas. El factor clave de la represión no es la violencia, sino el miedo que genera en lxs que presencian esa represión. La violencia de lxs opresorxs es un mensaje para evitar la participación política. Desde nuestra perspectiva el 1° de Mayo es una manifestación simbólica, histórica y contemporánea, en donde el objetivo es demostrar que millones de personas buscan construir un mundo diferente que no esté basado en la explotación. Por eso la contundencia, la masividad y la claridad reivindicativa son claves para su éxito.
Llegamos al 1° de mayo de 2023
Según las declaraciones oficiales de la policía de Berlín, esta movilización fue la más pacífica desde 1987. Sin embargo el “tono” de la marcha viene siendo completamente diferente desde hace ya tres años, ¿qué fue lo que cambió este año? De las declaraciones oficiales, deducimos que el principal factor que estuvo ausente fueron las provocaciones y la intención de la policía de agredir a lxs manifestantes. Una vez más queda demostrado que el principal factor de violencia son las fuerzas de seguridad.
Desde el gobierno de la ciudad y otros grupos de derecha, se lanzó una campaña de demonización de las organizaciones de izquierda que llamaron a la Demo. El argumento central fue que están radicalizando a lxs jóvenes de los barrios migrantes (como Neukölln), que previamente eran apolíticxs. Nuevamente lo que más temen las fuerzas que se encargan de defender el estatus quo es la politización de la sociedad. Saben que la participación política y social da por tierra con sus programas de ajuste, privatización y precariedad. Esto se ha convertido en una de las claves políticas y económicas desde la aplicación de los planes de ajuste estructural llevados adelante por el anterior gobierno de Die Grünen y el SDP (Agenda 2010)2, y en especial con la irrupción de la pandemia, ya que ha quedado demostrado que los trabajos “esenciales” y las tareas de cuidados son realizadas por personas migrantes y racializadas. Sin ese trabajo migrante, precario, mal pago e informal sería imposible la acumulación de riquezas que vemos cotidianamente en este país. Así no es casual que las elites conozcan el odio que los sectores populares por ellas sienten y teman la organización política de estos sectores.3
Justamente de eso se trata recuperar el 1° de Mayo como símbolo de las luchas cotidianas y silenciosas de lxs que viven de su trabajo, y hacen girar al mundo.4
Teniendo muy en claro esto hemos construido una alianza internacionalista amplia de grupos migrantes, de izquierda, feministas, artísticos, etc. que le volvió a dar a la movilización el sentido que tuvo en su origen: un día para denunciar la explotación que vivimos lxs que no tenemos más que nuestra fuerza de trabajo y para dejar en claro que otro sistema no es solo posible sino necesario. La clave de este exitoso nuevo 1° de Mayo Revolucionario fue crear un día de lucha como un espacio abierto, seguro, y diverso que invite a lxs trabajadorxs a tomar nuevamente las calles para romper la espiral de miedo y apatía.
Nuestro objetivo no es solo movilizar a lxs migrantes sino a todas las personas que entienden la necesidad de un cambio de sistema, pero no por haberlo leído en libros de grandes pensadores, sino porque es una urgencia que nace de cada hora trabajada en un hospital, en una empresa de plataforma o en un local de gastronomía. El sistema no será transformado desde arriba, sino desde la movilización y la organización de lxs de abajo.
El 1° de Mayo de este año fuimos 25.000 personas en la calles en el marco de la “1.Mai Revolutionäre Demo”, más otrxs cientos de miles en diferentes acciones en Berlín, miles de esas personas fueron migrantes y para muchas fue la primera vez que participaron de una manifestación en este país.
Luego de este pequeño-largo camino recorrido reafirmamos que esa es la apuesta, ese el camino, esa la victoria que pasa desapercibida para el poder y allí encuentra su potencia revolucionaria. Allí radica la potencia de construir una nueva izquierda en el Norte global, una izquierda que no teme al pueblo, una izquierda diversa que se configura con las luchas populares y sus necesidades. Que defiende la alegría como parte de la construcción en el ahora del mundo que queremos construir y vivir en el futuro. Que organice la ira para mejorar nuestras vidas mientras caminamos hacia la utopía. Queremos en fin una izquierda que no le tiene miedo al poder y con ello descoloque al poder de turno.5
Creemos que estas transformaciones son el resultado del trabajo permanente, persistente y orientado de organizaciones políticas comprometidas con el cambio estructural que requiere la situación de crisis histórica que vivimos. Podemos equivocarnos pero jamas dejaremos de intentarlo.
Haber optado por el camino de la revolución es una decisión de vida que se construyen en cada reunión, en cada encuentro y en cada acción.
Con el pueblo todo, sin el pueblo nada.
1 https://bloquelatinoamericanoberlin.org/2021/05/08/discurso-del-1-de-mayo-2021/
2 Conjunto de reformas del mercado laboral y de la política social del Estado Alemán que significo una liberalización del mercado de trabajo, una privatizaciones de las ayudas estatales y en especial la consolidación de una legislación en favor de la hiperexplotación de la fuerza de trabajo.
3 Para más información ver: https://bloquelatinoamericanoberlin.org/2022/10/18/claves-para-entender-la-inflacion-en-alemania/