¿Qué significa para Argentina y para la región tener al primer presidente liberal-libertario?
La victoria de Milei en Argentina cambia sin lugar a dudas el panorama político nacional y regional. Desde la derrota de Kast en Chile y la de Bolsonaro en Brasil, así como también la victoria de Petro y Obrador en Colombia y México respectivamente, se venía configurando una nueva situación institucional que parecía marcar el rechazo a nivel continental de las formas liberal-autoritarias. La elección en Argentina, junto a la victoria de Noboa en Ecuador, reactiva el crecimiento de las vertientes más demenciales y extremistas de la derecha continental. Esto no solo es así para Latinoamérica sino que también es un espaldarazo para las pretensiones presidenciales de Trump en los EUA.
Los sectores populares y medios nos enfrentamos a un sector de la élite en general marginado de las grandes ligas: youtubers, presentadores, asesores económicos, pro-militares y otros personajes oscuros de la élite global. Son el subproducto de una sociedad en decadencia a escala planetaria pero que pueden mostrar cierto nivel de “marginalidad” ya que no se parecen al común denominador del clásico abogado bien pensante y hablante que guarda los límites de los decible. Esta imagen de parias de las elites les acerca a les marginalizades verdaderos que viven cotidianamente escuchando a políticos que hablan bien y se visten mejor, pero que no han dado respuestas a sus problemas concretos. La batalla cultural o la construcción de lo nacional y popular se cae a pedazos cuando no se puede pagar la luz o el alquiler.
La crítica contra la casta política, caballito de batalla mediático de Milei, pasó en pocos meses a convertirse en una alianza con los clásicos partidos de la derecha, llegando a estar Mauricio Macri, Patricia Bullrich junto al próximo presidente festejando los resultados. A su vez no tardaremos en ver los resultados de esta extraña simbiosis entre marginades por abajo y marginades por arriba. Lxs de arriba, por más incómodos que sean para el establishment, terminaran cerrando filas con sus compañeres de clase: Macri rápido de reflejos entendió que había que aportar la estructura y el aparato necesario para darle a Milei estabilidad para llevar adelante el plan de desmembramiento de la sociedad argentina.
Les pobres serán más pobres, les ricos más ricos y en el medio la violencia se apodera de nuestra sociedad. En poco tiempo, las consecuencias de un plan de gobierno como el que propone la Libertad Avanza (partido de Javier Milei) se verán sobre los cuerpos de esas mismas personas que lo votaron. Las privatizaciones de los medios públicos de comunicación, los transportes públicos y principalmente YPF (la mayor empresa del país) serán sus primeras medidas. A eso se sumarán cierres masivos de empresas, lo cual implicaría un salto de la desocupación y la pobreza. El recorte en los gastos del Estado impactará directamente en la política sanitaria, de educación y social. Lo cual plantea la pregunta ¿cómo hará el gobierno para implementar todas estas medidas regresivas?. La única forma posible es la de militarización de la sociedad: ya sea a través de la organización de grupos paramilitares o de la utilización de las fuerzas armadas.
¿Cómo llegamos a esto?
Pero no es que les laburantes vivieran una situación de oro con el actual gobierno kirchnerista-peronista. Este tipo de propuestas aberrantes nacen de la insostenible situación de una inflación del 140% anual, de un gobierno que realiza recortes en todos los niveles y que le paga al FMI religiosamente los intereses de una deuda ilegítima. Pero también nacen del hartazgo con un sector de la política que no vive las mismas condiciones que el pueblo que dice representar. Es notable recordar, que el candidato de este proyecto político para la coyuntura electoral fue Sergio Massa, la misma figura que era ministro de economía de esta situación de profunda crisis. Él, representa el típico político de traje, que fue saltando de partido a partido, que nunca militó más que en su despacho de funcionario y que al final del día piensa su carrera política como una forma de acrecentar su patrimonio y su posición social.
Para muchos sectores de la sociedad, la disputa electoral terminó siendo entre el actual ministro de economía (Massa) y alguien que se plantea como un outsider de la política (Milei). Y si bien este último vino a aplicar el programa de ajuste neoliberal que el pueblo bien supo rechazar en su historia, supo construir una campaña electoral que lo llevase al triunfo.
Obvio que hay varios responsables para esta situación. Primero los partidos que antes de las elecciones se planteaban como la derecha o el centro “democrático”, que terminaron pactando una alianza con LLA que les permitió, no solo llegar a la presidencia sino también tener mayoría en el congreso. En especial la figura de Mauricio Macri, el político preferido de la UE, fue clave para la llegada de Milei a la Casa Rosada.
Por otro lado, el rol del peronismo-kirchnerismo: Nada de esto hubiera sido posible sin la cadena de errores políticos y económicos que se cometieron en este ultimo gobierno. La puntada final fue la decisión de Cristina Fernández de ungir a Sergio Massa como candidato presidencial. Esta decisión puso a la cabeza del movimiento a una persona de dudosas credenciales ideológicas, identificado por haber cambiado de partido más veces que de ropa y puso a la base política y militante del kirchnerismo, así como a todes les militantes de derechos humanos a militar a un candidato no querido por propios ni por ajenos.
También, es importante decirlo, le cabe parte de la responsabilidad al FIT-U, la izquierda institucional autodenominada trotskista, que se encuentra sistemáticamente en la vereda de la historia mirando pasar los procesos políticos con la distancia de los puros. Aunque es criticable su llamado a no votar por ninguna de las dos opciones en el ballotage, la principal crítica es la constante evasiva a realmente construir un discurso, una práctica y una fuerza política capaz de disputar los espacios de poder dentro y fuera del Estado.
Esto representa la mayor dificultad y por qué no la principal angustia del momento, estar frente ante a la orfandad de proyectos políticos que tengan capacidad de proponer alternativas profundizando la democracia, la solidaridad y la igualdad. Esta ausencia es la que más duele, esta tarea titánica que tenemos enfrente es la que más cuesta, no solo el enemigo coyuntural.
Ante esta ausencia de proyectos políticos frenar el programa de shock de Milei, similar al que los chicago Boys aplicaron en Chile en el ́73, dependerá de cómo los sectores populares y sectores medios logremos entrelazar las luchas y nuestras organizaciones. A 4 años de lucha por sacar a Macri del gobierno, lo que implicó estar casi cotidianamente en las calles, le siguieron 4 años de empobrecimiento y sostenimiento de las condiciones mínimas para la supervivencia de millones de personas dando como resultado que las energías populares se encuentren en mínimas históricos. Sin embargo, Argentina ha demostrado en otras oportunidades que a pesar de parecer un pueblo derrotado se ha levantado para enfrentar estos programas de hambre y pobreza confeccionados en oficinas yanquis y europeas.
Lo que todes nos preguntamos, ¿y ahora qué hacemos?
La respuesta obvia es seguir luchando, organizarse y crear proyectos políticos que puedan ser alternativas. Superar las propuestas que nos llevaron a este lugar, reconstruyendo la capacidad de pensar en proyectos que destierren el terreno fértil donde crecen los Bolsonaro y los Milei.
Y aunque parezca una frase hecha, las Abuelas y madres de Plaza de Mayo (protagonistas de la lucha por la memoria, la verdad y la justicia en Argentina) son el mejor ejemplo de que incluso en los peores momentos se puede, a pesar del miedo y la impotencia, recomponer la esperanza en que un mundo mejor es posible y construible.
Los ejemplos históricos de la resistencia en Bolivia frente al golpe de estado a Evo Morales así como las jornadas de lucha y organización en Colombia que terminaron por poner a Petro y Francia Marquez al frente del estado son ejemplos contemporáneos regionales que nos arrojan una luz de esperanza: Luchar sirve y nuestres hermanes latinoamericanes demostraron con la fuerza de su propio ejemplo de ello.
Sin embargo es innegable que el impacto político y social de lo que pasó en las últimas elecciones va a marcar la vida de nuestro país por décadas. Las tremendas consecuencias están muy cerca, Ecuador o México son y fueron un ejemplo de ese camino de degradación que propone esta combinación de dementes, milicos y neoliberales.
Creemos que además no podemos menospreciar el rol político de les migrantes latinoamericanes en este contexto. Las acciones de solidaridad, tanto de reacción conjunta a la coyuntura política así como el entrelazamiento con las luchas en Europa y en Argentina, son cada vez más una oportunidad política que no podemos despreciar. Se vio demostrado en las últimas elecciones en Argentina donde hubo un 1,5% del padrón registrado para votar en el exterior (más las personas que no se registraron que son un gran porcentaje).
Estamos convencides que consolidarnos como una fuerza política que haga oposición a los contextos de profunda crisis política y económica resulta una tarea estratégica para frenar el ajuste neoliberal y privatizador que se viene.
Habitualmente se dice que el fuste del enemigo está en relación a la fuerza propia. Dependerá de nosotres usar este monstruo para construir un movimiento político y social a la altura del momento histórico. Será momento de crear o errar, hasta que el horizonte de ese mundo mejor sea tan real que no haya posibilidad de que estos personajes vuelvan a llevarnos al abismo. Con la fuerza histórica de las abuelas, les piqueteres del 2001 y la solidaridad latinoamericana de nuestro lado, la tarea es clara: a organizar la resistencia.
Bloque Latinoamericano Berlin