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Feminismos (es)

Contra las derechas, resistencia transfeminista

8M 2023: La Marea Abya Yala en la demo de la Alianza de feministas internacionalistas.

En Alemania y a nivel global, la subida de las derechas nos sitúa a nosotres las mujeres y disidencias migrantes en primer plano; nosotras, las personas migrantes, somos el chivo expiatorio de las crisis económicas y sociales. Mientras la derecha radical avanza, la política migratoria se endurece, la criminalización de nuestras luchas se intensifica y los derechos que conquistamos con años de resistencia se ponen en peligro.

La derecha está en auge a nivel global, fuertemente interconectada y favorecida por la incapacidad de las políticas establecidas para dar respuesta a los problemas actuales. La crisis del capitalismo se intensifica con una creciente competencia económica y militar, mientras la manufactura y el envío de armas sostienen genocidios y guerras: ¡NO EN NUESTRO NOMBRE!

Las elecciones recientes lo dejaron claro: la extrema derecha (AfD) ha capitalizado el descontento social utilizando el miedo a la migración como herramienta política, mientras los partidos tradicionales refuerzan sus discursos y políticas antimigratorias en un intento de contener su avance. El gobierno de la Ampelkoalition, estuvo lejos de ofrecer una alternativa progresista, sino que profundizó las restricciones y las amenazas de deportación masiva, vinculando los permisos de residencia al empleo y precarizando así aún más nuestras vidas.

El entrante gobierno de la CDU, considerada la opción de “centro-derecha”, se posicionó como la fuerza más votada y como el supuesto garante del Brandmauer (cerco sanitario) ante la extrema derecha. Sin embargo, lo que queda claro es que la distancia entre su plan de gobierno y el de la ultraderecha de AfD se ha vuelto difusa. En su horizonte político comparten una misma dirección: una Alemania para los alemanes, donde el nacionalismo cultural y la mirada conservadora marcan la agenda.

Nos quieren hacer creer que el problema central es la seguridad, pero en Alemania no existe una política real de protección contra la violencia de género y el odio hacia las personas queer. En 2023, una mujer por día fue asesinada por el hecho de ser mujer, y los delitos contra personas queer se han multiplicado por diez desde 2010. Recién ahora se ha aprobado la ley de asistencia contra la violencia de género (Gewalthilfegesetz) que será puesta en vigor hasta el 2030, y de la cual personas trans, no binarias y intersexuales han sido excluidas. Estos temas apenas reciben atención política, mientras se instrumentalizan los discursos racistas y discriminatorios, pero no somos una prioridad cuando se trata de medidas reales. Y aquí sin mencionar la situación de ilegalidad que sigue teniendo el aborto en Alemania, situación con la que buscan seguir controlando nuestras cuerpas. Nos quieren vulnerables para sostener su modelo económico y nos silencian cuando denunciamos su violencia.

La estructura del supuesto estado de bienestar alemán se está resquebrajando, lo que se refleja en el aumento de la desigualdad social y en la desregulación del mercado laboral, que está creando millones de puestos de trabajo precarios. La política de recortes en Berlín afecta principalmente a los sectores de la cultura, la educación, la salud y la participación política y social. El modelo económico alemán se mantiene gracias a la mano de obra migrante y barata. La baja tasa de natalidad en Alemania no ayuda: escasea la mano de obra joven, tanto para las industrias como para los sectores feminizados, como la enfermería y el cuidado. Para sostener esta maquinaria, Alemania opta por contratar a personal cualificado y traer a migrantes que le sirven, pero aumenta el control con la amenaza omnipresente de la deportación y la obligación de conformarse con salarios bajos. Las visas precarias, como las working holiday (que de vacaciones tiene poco), au pair, voluntariados y freelance, nos niegan el acceso a derechos básicos y afectan mayoritariamente a sectores feminizados. Además, las nuevas leyes de naturalización vinculan la capacidad de generar ingresos con el permiso de residencia, lo que afecta particularmente a las mujeres que ejercen el trabajo de cuidado de les hijes y asumen otras tareas reproductivas, por lo que las madres solteras quedan fuera del mercado laboral. El capitalismo es un círculo vicioso: nos quiere vulnerables, pero no puede existir sin este trabajo reproductivo y de cuidado emocional. En cualquier caso, no se remunera (o muy poco) y se considera un trabajo «no productivo», se confina al ámbito personal y nos invisibiliza. Nosotras, nosotres, les migrantes, nos vemos obligadas a aceptar una doble o hasta triple carga de trabajo en el mercado, además del trabajo de cuidado, para garantizar el sustento y con el miedo constante de la expulsión. Al final, somos las mujeres y personas disidentes migrantes quienes hacemos el trabajo de cuidado para otras personas con una mala remuneración en este país.

8M 2024: La Marea Abya Yala en la demo de la Alianza de feministas internacionalistas.

Estamos viendo un retroceso de muchos de nuestros derechos y luchas, que se produce en un contexto de crisis mundial y radicalización del discurso hiperconservador, que señala a las políticas «progresistas» como culpables de todo y que pretende volver a los roles tradicionales de género. Esto está sucediendo en Estados Unidos con Trump y lo vemos en Argentina con Milei. Pero, a su vez, fuimos testigos de cómo, después de que Milei atacara a la comunidad queer, diversas fuerzas se unieron y una gran cantidad de actores, incluidos sindicatos, partidos e instituciones tradicionales, salieron a la calle en una manifestación del orgullo antifascista y antirracista1. Eso nos demuestra que el transfeminismo puede ser, y es, aglutinante de otras luchas.

Ya no nos callamos y por eso salimos juntes a la calle. Somos migrantes que creemos en la libertad de migrar como un derecho. Somos les alemanes que alzan la voz, somos les alemanes que son migrantizades, somos les perseguides por tener una opinión diferente. Somos la diferencia, mujeres y disidencias, somos les improductives, somos les indeseables. Somos el Este negado, somos el Sur en rebelión, somos muches y estamos en todas partes.

Este 8M, junto a la Marea Abya Yala, exigimos:

🔥 No a los discursos racistas y antimigratorios que nos convierten en el enemigo común y aumentan las restricciones en las políticas migratorias.
🔥 Derechos laborales y protección para trabajadores migrantes, especialmente en sectores feminizados.
🔥Legalización total del aborto y políticas reales contra la violencia de género y el odio hacia personas queer.

Somos transfeministas, antiimperialistas y migrantes. No nos detendrán. ¡Ante el avance de las derechas, resistencia y organización popular!

  1. https://bloquelatinoamericanoberlin.org/2025/02/15/orgullo-y-resistencia-la-movilizacion-que-desafio-a-milei/ ↩︎